La semana pasada estaba acostado en una hamaca en la costa de California y pensaba en los beneficios de ser un "adulto".
Cuando pregunté a otras personas a mi alrededor, escuché cosas familiares como comer todo el helado que quieras, irte a la cama cuando quieras, desayunar pizza, etc. Pero al mismo tiempo también escuché cosas muy diferentes como tener tu propio dinero, poseer cosas bonitas, criar una familia, construir una casa, viajar a donde quieras y más.
Las diferentes respuestas hicieron eco de los pensamientos que tenía en mi cabeza y la respuesta me quedó clara de inmediato.
A veces, lo mejor de ser adulto es precisamente eso: ser adulto. Es el éxito personal y económico que da la madurez, la libertad de la adultez, el respeto de tus compañeros y la alegría de esforzarte para disfrutar al máximo.
Pero a veces lo mejor de ser adulto es justo lo contrario: la libertad de seguir actuando como un niño cuando quieras, de ir a contracorriente, de dejar tu trabajo, emprender ese viaje y resolverlo todo al volver, de perseguir tus sueños y arriesgarte a lo que sabes que te traerá un sermón de responsabilidad de tus padres. A veces simplemente hay que soltarse y vivir .
¿Qué es lo mejor de ser adulto? Es poder elegir cuándo quieres crecer y cuándo no.
Es una decisión que, en última instancia, nos define y es un equilibrio. Si te concentras demasiado en ser un "adulto responsable", te perderás muchas de las alegrías de la vida mientras eres lo suficientemente joven para disfrutarlas. Si te concentras demasiado en ser un niño despreocupado, probablemente recibirás una llamada de atención cuando tus prioridades cambien.
Obviamente, las cosas cambian cuando tienes una familia e hijos propios. Quizás sientas que no tienes más opción que ser adulto todo el tiempo y que la decisión final ya está tomada. No es cierto. Estás más ocupado, tienes más cosas que hacer y más responsabilidades que nunca en la vida, pero sigues siendo tú y tienes la libertad de soñar y perseguir tus sueños. Quizás solo tengas que acompañar a algunas personas más en el viaje y hacer algunos desvíos más en el camino.
La vida va deprisa. Tómate un momento pronto para volver a ser un niño despreocupado: haz algo arriesgado, deja que tus responsabilidades se acumulen un poco; seguirán ahí cuando regreses y estarás listo para asumirlas. Si últimamente te has sentido demasiado infantil, haz algo positivo que te impulse y prepare el terreno para el éxito y la felicidad que deseas en la vida.
Y si no hay nada más, tómate un momento para dejar todo en pausa y simplemente relájate en tu hamaca un rato. Eres un adulto y puedes hacer lo que quieras.
Comentarios (3)
How I choose to deal with ‘responsibility’ is what determines how much of an adult I am, at any given moment. Stopping to smell the roses, or swing in my hammock, always helps restore that healthy perspective on life that we all need.
Agreed – thanks Justin!
At seventy four years of age. I can tell you the best part of being an adult is seeing your children born.